Está probado que a través del deporte pueden desarrollarse diversas aptitudes y prácticas sociales como son, entre otros, la mejora de la autoestima, mayor capacidad para hacer frente al estrés, mayor rendimiento en los estudios y mejores relaciones con la familia. El mundo del deporte ofrece múltiples opciones que responden a una serie de intereses, motivaciones y que pueden desarrollar actitudes sanas y tendencias saludables de futuro.
Los deportes de equipo
Como el fútbol o el baloncesto y otros en auge como el atletismo, pueden ser particularmente favorables para desarrollar aptitudes sociales como la comunicación, la gestión de conflictos y de trabajo eficaz con los demás para lograr un objetivo común.
Los deportes individuales
Como el tenis, el pádel o el tenis de mesa son especialmente adecuados para desarrollar la autoestima, la autodisciplina y el establecimiento personal de objetivos.
Los deportes más extremos
Como la escalada, el ala delta o el submarinismo satisfacen la necesidad de aventura y la cuantificación del riesgo, lo que puede convertirse en una alternativa al consumo de drogas para algunos jóvenes.
Los deportes al aire libre
Como el senderismo, el ciclismo o el descenso de barrancos tan practicado en Canarias, pueden mejorar la apreciación y el cuidado del medio ambiente natural.
Los deportes autóctonos
Practicados en todo el mundo pueden ayudar a que los jóvenes se relacionen con sus culturas y tradiciones.
La práctica de cualquier actividad física produce múltiples beneficiosy tenemos toda una gama de posibilidades para elegir la que se ajuste más a nuestra necesidad sentida de desarrollo de uno o varios aspectos físicos o psíquicos. La actividad escogida dependerá de los objetivos que se quieran alcanzar, las circunstancias personales, los recursos disponibles en tu zona de residencia, la disposición del entorno o de la organización que fomenta la actividad y la voluntad de la comunidad en cuanto al apoyo de este desarrollo. Sin embargo, sea cual sea el enfoque que se dé al deporte como forma de prevención, será necesario velar porque tenga una buena base, la dedicación continua (el esfuerzo voluntario) para lograr desarrollar una adherencia que llegue a producir un hábito en la práctica de actividad física. Entre los beneficios de la práctica deportiva, se ha demostrado que las personas activas viven tres años más de media y con mayor calidad de vida, frente a las personas sedentarias. Por ejemplo una actividad de acceso fácil como es el correr, ofrece múltiples beneficios para la salud: mejora la captación de oxígeno, aumenta la sensibilidad a la insulina, mejora los perfiles lipídicos (HDL y baja los triglicéridos), disminuye la presión arterial, disminuye la agregación plaquetaria, aumenta la actividad fibrinolítica, mejora la función cardiaca, la densidad de los huesos y la función inmune, reduce los marcadores de la inflamación, previene la obesidad y mejora función psicológica.
Además, la práctica regular de un deporte puede brindar oportunidades de:
En definitiva, practicar deporte, bien sea al aire libre o en recintos cubiertos, de forma individual o colectiva, nos aporta un gran número de beneficios tanto físicos como psíquicos, que pueden ayudarnos a alcanzar una calidad de vida óptima.