Preguntas Más Frecuentes

Preguntas Frecuentes

    “Son aquellas sustancias que administradas al organismo, por cualquier vía, son capaces de provocar cambios en la conducta, producir efectos perniciosos para la salud y para el bienestar físico o psíquico, crear dependencia y, en general, todas aquellas que pueden modificar una o más funciones del organismo.” (Ley sobre Prevención, Asistencia e Inserción Social en Materia de Drogodependencias. Consejería de Sanidad y Consumo del Gobierno de Canarias)
    Progresivamente, es decir, hay una serie de etapas por las que el individuo va a ir pasando en ese camino hacia la drogodependencia:

    1. Se prueba para experimentar.
    2. Se usa de forma ocasional.
    3. Se consume de forma habitual.
    4. Se llega a la dependencia.

    Se inicia experimentando. Una vez conocidos los efectos (físicos y psíquicos) sólo se consume cuando se quieren obtener esas mismas sensaciones. Sin darse cuenta, el deseo de consumir se hace cada vez más frecuente y el organismo se va acostumbrando a la sustancia, necesitando aumentar la cantidad para obtener los mismos efectos que al inicio (tolerancia física). La sustancia acaba siendo imprescindible para el organismo (dependencia) y si no la consume aparece malestar, ansiedad, irritabilidad… (síndrome de abstinencia o “mono”).

    Este proceso se sigue con todas las sustancias, aunque no dura el mismo tiempo y no todas las personas que prueban una droga terminan siendo drogodependientes.

    No existe una única causa. Pueden influir varios factores:
    Factores Individuales:
    – Falta de confianza en sí mismo.
    – No encontrar alternativas ante las dificultades, huir de los problemas.
    – Facilitar las relaciones con otros.
    – No tener opiniones propias.
    – Curiosidad y deseo de sentir nuevas sensaciones.
    Factores Familiares:
    – Falta de comunicación y diálogo.
    – Ejemplo de los padres.
    – Conflictos familiares.
    Entorno:
    – Consumo de drogas en el grupo de amigos/as.
    – Acceso fácil a las sustancias.
    – Bombardeo publicitario.
    – Dificultades para disfrutar del tiempo libre.
    – Información inadecuada.
    Conviene dejar claro que estas situaciones pueden favorecer el inicio y mantenimiento del consumo pero no son determinantes.
    No existen síntomas claros que indiquen el consumo de drogas. Los posibles síntomas dependerán del tipo de sustancia, de la cantidad y frecuencia, del tiempo que lleve consumiendo, o incluso pueden deberse a otras causas (conflictos con el grupo de amigos/as, problemas familiares, inestabilidad emocional…).
    No obstante, hay algunos detalles que pueden despertar sospechas, aunque no aseguren que se esté consumiendo:
    – encontrar objetos relacionados con el consumo (papelillos, trozos de cartón, mechero, papeles de aluminio…)
    – evita la comunicación, se encierra en su habitación durante largos períodos…
    – cambios de humor sin motivo aparente.
    – gasta excesivo dinero y continuamente pide más, desaparece dinero.
    – con frecuencia le notamos raro, adormecido, muy contento, agresivo, intranquilo…
    – llamadas telefónicas, entradas y salidas inusuales del domicilio.
    Es importante recordar que algunos de estos detalles pueden despertar sospecha, pero no aseguran el consumo, ya que puede deberse a otras causas
.
    Todas (excepto aquellos fármacos que nos administramos bajo control médico), porque todas tienen consecuencias biopsicosociales, es decir, dañan la salud física y alteran nuestra forma de actuar y de comportarnos con los demás.

    Cada sustancia tiene unas consecuencias y estas consecuencias dependen de: frecuencia de consumo, cantidad, forma de consumo, personalidad del individuo, estado físico…

    Afectan a la parte bio-psico-social del individuo, es decir:
    Bio = todas las sustancias afectan a diferentes órganos vitales del cuerpo humano.
    Psico = todas las sustancias alteran nuestra forma de pensar, de actuar, estado de ánimo, emociones…
    Social = todas las sustancias van a afectar a nuestro comportamiento y relación con los demás (familia, amigos, trabajo…).
    SÍ.
    Los derivados cannábicos (chocolate, hierba, marihuana…) y el resto de sustancias psicoactivas (que actúan en el Sistema Nervioso Central) provocan unos efectos porque alteran el funcionamiento normal de las neuronas (células del cerebro) y sus mensajeros (neurotransmisores).
    NO.

    Todas las sustancias generan dependencia (física y/o psicológica). ¿Cuánto tiempo tarda en aparecer esta dependencia? Depende de la persona, la sustancia, el medio, la frecuencia de consumo, el tiempo que se lleve consumiendo…

    NO.

    Todas las sustancias tienen unas consecuencias determinadas, incluso los medicamentos que se toman bajo prescripción médica.

    SÍ.

    Una consecuencia común al consumo de sustancias es la mayor agresividad del sujeto, bien sea provocada por el síndrome de abstinencia o “mono”, por el deterioro mental del individuo o por el deterioro de las relaciones con los demás (familia, amigos/as…).

    NO, aunque sí te pueden poner una sanción administrativa.

    ¿Qué quiere decir esto? Que la policía puede coger tus datos y denunciarte al Gobierno Civil, sancionándote con una multa económica y/o la obligatoriedad de asistir a un centro de tratamiento.

    Si la cantidad de sustancia es superior a lo que se considera para el propio consumo, entonces es tráfico y sí puedes ir a la cárcel.

    El ‘mono’ o síndrome de abstinencia aparece cuando se suprime el consumo de una/s droga/s y se manifiesta con una serie de síntomas (malestar, dolor, ansiedad, mal humor…) que varían en función de la sustancia.

    Los efectos, es decir, poder experimentar una serie de sensaciones y emociones artificiales de forma intensa y continuada, desconociendo o ignorando que todas las sustancias tienen unas consecuencias biopsicosociales (físicas, psicológicas y sociales) pudiendo llegar a depender de ellas a corto y largo plazo.

    NO.

    Todas las drogas tienen consecuencias biopsicosociales (físicas, psicológicas y sociales).

    Generalmente las “drogas blandas” corresponden a las sustancias legales (tabaco y alcohol) siendo la 1ª y 3ª causa de muerte a nivel mundial respectivamente. Por tanto, esta clasificación es errónea y sólo sirve para justificar el consumo de drogas que tenemos socialmente integradas en nuestro medio.

    NO.

    Según la acción que las drogas provocan en el Sistema Nervioso Central, los efectos o sensaciones pueden ser de tres tipos:
    – Estimulantes: sustancias que aceleran el funcionamiento del cerebro (Nicotina, Cafeína, Cocaína, Anfetamina…).
    – Depresoras: sustancias que adormecen progresivamente el funcionamiento del Sistema Nervioso Central (Alcohol, Heroína, Morfina, Metadona, Tranquilizantes, Hipnóticos…).
    – Distorsionadoras: sustancias que perturban el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, provocando alucinaciones, trastornos en los sentidos, etc. (Derivados Cannábicos, L.S.D., Ácidos…).
    Depende, ya que intervienen varios factores: el metabolismo del sujeto, si está acostumbrado o no (tolerancia), la cantidad consumida en un tiempo determinado, mezcla de bebidas, edad, sexo…

    El coma etílico se produce por una sobredosis (cantidad superior a la que soporta el organismo) de alcohol. Conduce al coma, a la depresión (insuficiencia) respiratoria, e incluso a la muerte, ya que anula la respuesta defensiva del organismo.

    SÍ.

    El humo que se desprende de un cigarro encendido es más tóxico que el que inhala el propio fumador: 1,4 veces más alquitrán; 3,2 veces más nicotina y 3,1 veces más monóxido de carbono.

    Por cierto, no debemos olvidar que en la ley prevalece el derecho del no fumador sobre el del fumador.

    Buscar información, verificar si existe consumo, de qué sustancia se trata, frecuencia de consumo, los posibles motivos…

    Desde la serenidad, sin someter a un interrogatorio, intentar establecer un diálogo con la persona para averiguar si es consciente del problema, si está dispuesto a dejarlo. Este paso inicial, “reconocer el problema”, es bastante difícil y costoso.

    Si se trata de un amigo/a y no sabemos cómo actuar, conviene informar a la familia y/o hablar con profesionales que nos orienten.